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Vacaciones en el Guadalquivir

Los pasajeros del mayor crucero de lujo que visita Sevilla se interesan por la Catedral, la Basílica de la Macarena y las rebajas.

el 22 ago 2012 / 19:28 h.

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El capitán del crucero no recuerda una bienvenida como la recibida el martes por la noche en el Muelle de las Delicias: "Había 200 personas aplaudiendo. Fue muy emocionante y agradable". Es sólo una prueba de la gran expectación que se ha creado con el buque turístico más grande que ha atracado nunca antes en Sevilla: el Azamara Journey.

Ayer desde primera hora de la mañana ya había curiosos en el Paseo de las Delicias. Todos querían ver de cerca el barco. "Es una maravilla. Voy a echar la Primitiva a ver si el año que viene puedo hacer un crucero como éste", relataba María a su hermana María del Carmen, dos vecinas de la Macarena que se quedaron con las ganas de subir la escalerilla y conocer las dependencias de este hotel de lujo: "Qué pena, no podemos entrar", señalaban.

El grueso de los pasajeros (690 del millar de personas a bordo) había salido bien temprano para conocer la ciudad: "Apenas quedan 50 personas", apuntaba la directora del hotel del barco, Heike Berdos, que hablaba perfectamente castellano y conocía la "guasa sevillana", pues hace 18 años residió en una ciudad que calificó de "magnífica".

Precisamente en el interior de la embarcación un punto de información de Turismo de Sevilla orientaba a los visitantes -en su mayoría de EEUU y Gran Bretaña- antes de pisar tierra firme. Lo que más preguntaban era por la Catedral, el Alcázar, la Plaza de Toros y la Basílica de la Macarena. "También quieren saber si siguen las rebajas para realizar algunas compras", explicaba la encargada del expositor.

Siguiendo sus consejos, Carol, una pasajera de Canadá ya venía de vuelta de su incursión por la ciudad: "Me parece muy bella y limpia. Hoy he visto los monumentos, mañana toca el paseo de caballos y las tapitas", detallaba bajo un amplio sombrero que la resguardaba del sol.

También la tripulación encontró un hueco para salir de un barco con 350 camarotes (incluidas 42 suites), biblioteca, casino, cuatro restaurantes, piscinas... Marcio, el encargado de poner música a las veladas, se levantó con la cámara de fotos al cuello: "Como trabajo de noche, tengo todo el día para disfrutar de los puertos. Sevilla tiene muchas cosas que ver. No hay tiempo que perder", confesó este brasileño.

Cinco horas necesitó este buque de 28 metros de manga para remontar el río desde Sanlúcar de Barrameda. El paso por la nueva esclusa, ya en el Puerto de Sevilla" asombró a los pasajeros y "excitó" a la tripulación: "Fue emocionante cuando se abría el puente y tuvimos de pasar de popa porque no había espacio suficiente. La salida [prevista para esta noche] será de proa", indicó el capitán, Johannes Tysse, quien no podía ocultar su alegría por hacer escala en Sevilla, "en pleno corazón de la ciudad", por lo que aseguró que "a partir de ahora Sevilla estará en la ruta Azamara". No habrá que esperar mucho. En otoño llegará el Azamara Quest.

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