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Miles de personas rodean el Parlamento para protestar contra la clase política

La consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, y varios diputados de IU se suman a la manifestación convocada por colectivos «en defensa de los derechos sociales perdidos».

el 21 jun 2014 / 14:50 h.

Varios colectivos, sindicatos y partidos políticos se concentran ante la fachada del Parlamento de Andalucía, ayer, en Sevilla. / J. M. Paisano Varios colectivos, sindicatos y partidos políticos se concentran ante la fachada del Parlamento de Andalucía, ayer, en Sevilla. / J. M. Paisano Miles de manifestantes de todas las provincias de Andalucía recorrieron este sábado a pie el trayecto que dista entre la estación de Santa Justa y el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento andaluz, y al llegar rodearon el edificio «en protesta por la clase política» y «en defensa de los derechos sociales perdidos en esta crisis, que es una estafa a los ciudadanos». Entre la multitud, que los organizadores cifraron en 2.000 personas y la Policía rebajó a más de 1.000, había banderas de los sindicatos SAT y CGT, de Frente Cívico, de Unidad Cívica Andaluza por la República, de la Red Antimilitarista, de Noviolencia de Andalucía, de Stop Desahucios, del nuevo partido de izquierdas Podemos, y del socio de Gobierno IU. Al escuchar los gritos de protesta que salían de los megáfonos y altavoces e impactaban contra la fachada del Parlamento, llamaba la atención ver entre los indignados a la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, y otros diputados de IU que suelen trabajar dentro del edificio que ayer rodearon. Los miembros de la coalición de izquierdas, y eso incluye también a sus representantes políticos, combinan la gestión de Gobierno con las movilizaciones en la calle. Es una dualidad que defienden desde el principio, y que no consideran incoherente, aunque ayer chirriaba verles junto a pancartas quejándose de los políticos andaluces. «Esta protesta en concreto va contra la Junta. No pueden decir que son de izquierdas, y luego plegarse a las políticas de derechas de la troika», gritaba un miembro del Sindicato Andaluz de los Trabajadores (SAT). La llamada Marcha por la Dignidad que rodeó el Parlamento, simultánea a la de otras regiones del país, empezó con un día de lluvia y terminó soleado. Discurrió de forma «pacífica», según los agentes de Policía, y animada por los lemas reivindicativos que han nacido con la crisis y la actualidad: «la crisis que la paguen, los capitalistas»; «Felipe te queremos, Felipe quedaté, Felipe era broma, Felipe muérete» –léase entonando–, junto a las consignas que llevan ligadas inevitablemente a todas las manifestaciones del país desde los años setenta. «Contra el paro, lucha obrera»; «reforma agraria, reforma agraria», «el pueblo unido jamás será vencido». La multitud llegó frente al arco de la Macarena, donde habían instalado un pequeño escenario, y desde ahí se alineó en un cordón humano que trató de rodear el Parlamento, pero se deshilachó por las calles aledañas sin cerrar el círculo, porque la Cámara legislativa y los jardines que la rodean son anexas a otras parcelas. «Es un rodeo simbólico o metafórico», advirtió un joven con una camiseta morada de Podemos. Las reivindicaciones de la comitiva fueron una amalgama de propuestas y denuncias, desde la ley de renta básica, que en estos momentos está siendo trabajada dentro del Parlamento, como la negativa a pagar la deuda pública que consideran «ilegal, ilegítima y odiosa». Otras voces se hicieron escuchar en favor del derecho a la vivienda, de la prestación de servicios públicos para todos los ciudadanos y de un empleo digno para todos. «Andalucía sufre un 35% de paro –más de un millón de desempleados– mientras los miembros del Ejecutivo autonómico ya han empezado a hablar de recuperación, igual que el Gobierno de Rajoy, y de empezar a gastar el dinero que entra para los funcionarios, que son los que no han perdido su trabajo en estos años», protestaba un profesor de la Universidad Pablo de Olavide. En el tumulto de la manifestación se formaban pequeños grupos que parecían círculos de debate sobre aspectos concretos de la crisis. Las camisetas violetas y verdes con el símbolo del círculo en el centro demuestran que el marketing sí ha calado en la organización Podemos en Andalucía, donde aún no hay normas internas de funcionamiento ni base política ni portavoces. ¿Tenéis algún portavoz hoy aquí? «O todos o ninguno», respondió una joven.

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