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Zoido inicia su particular cuesta de septiembre

Desde que inició su gestión, el nuevo alcalde ya ha comprometido la solución de una decena de problemas para la finalización de este verano.

el 28 ago 2011 / 17:31 h.

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Juan Ignacio Zoido, el pasado día 25, durante su visita al operativo de limpieza en Torreblanca.

Cuando el pasado 11 de junio Juan Ignacio Zoido tomaba posesión como alcalde de la ciudad anunció que su Gobierno se sustentaría sobre el talento, la honestidad, la confianza, la austeridad, el sentido común y la eficacia. Unos pilares que ahora, dos meses y medio después, siguen fortaleciendo la incógnita de cómo será capaz de hacer frente a las decenas de compromisos adquiridos con la ciudadanía en los años en los que fue un azote del Gobierno en la oposición.

En estos días, las comparecencias públicas de Zoido han ofrecido una amplia variedad de frases que se han convertido en todo un clásico dentro del vocablo utilizado por el alcalde. A su "luz y taquígrafo", para evidenciar una política de transparencia en contraposición a la que acusaba al anterior Gobierno, se ha sumado la repetida expresión de "para el mes de septiembre". Un brindis a la falta de previsión que para la oposición encierra las escasas alternativas con las que los responsables municipales se han enfrentado a los problemas que han ido surgiendo durante el verano.

Por eso, con la vuelta de las vacaciones, el alcalde afronta el reto de responder a todas las propuestas que ha aplazado hasta el mes de septiembre, algunas de gran calado para el futuro de la sociedad. Queda en el aire, por su interés mediático, la solución que el Ayuntamiento planteará a los problemas de movilidad en el Casco Antiguo, máxime tras la derogación del Plan Centro que provocó la reacción de una veintena de entidades sociales y vecinales que se postularon contra la actuación de Zoido. Y eso a pesar de que durante la campaña ya había advertido que sería la primera medida que tomaría en el caso de acceder al sillón presidencial del Ayuntamiento. Dicho y hecho, aunque con más de un sobresalto en el camino por la falta de alternativas a la movilidad.

Al margen de su proyecto estrella, el regidor popular se ha encontrado con un problema que no esperaba. Eso es lo que al menos ha intentado hacer ver a la opinión pública al calificar como "ruinosa" la situación económica por la que pasan actualmente las arcas municipales. Sin dinero para afrontar grandes aventuras y con dificultades para acometer las que ya estaban comprometidas, Zoido tendrá que hacer frente a una decena de temas pendientes. Algunos, como la descentralización de las competencias en los distritos , ya ha asegurado que se realizará con el mismo personal y sin destinar más recursos de los existentes. Habrá que ver si son capaces de duplicar competencias -cuando las concrete- sin destinar partidas de mayor cuantía.

El empleo y las políticas sociales serán su otra gran asignatura pendiente. Mucho se ha acusado al Gobierno de romper con el aperturismo social de los anteriores regidores. Por eso será clave que el PP sea capaz de concretar un plan de empleo que satisfaga a la patronal y a los sindicatos y que logre ayudar a que los sevillanos salgan de la crisis. A uno de los grupos que deberá corresponder será a los trabajadores eventuales de Tussam, cuyos contratos vencen estos días, y ante los que se comprometió públicamente, nada más ganar las elecciones, en resolver su precaria situación laboral. Ahí el PP se la juega.

Escasos cien días son pocos para que la oposición le exija grandes responsabilidades sobre su actuación política, aunque ya le ha censurado más de una decisión puntual. Será ahora, en septiembre, cuando la ciudadanía compruebe si los compromisos adquiridos por Juan Ignacio Zoido durante estos dos meses son algo más que palabras políticas que quedan en nada.

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