En la más absoluta humildad nació. Esa fue su bandera durante toda su vida y, cómo no, también fue humilde a la hora de morir. Fue el sino de Jesús, y también lo es el de la Semana Santa de Alanís.
Este Sábado Santo finalizaron los desfiles procesionales en esta Semana Santa del año 2023 en esta localidad serrana y lo hizo con la humildad que caracteriza a este día y a esta estación de penitencia del Santo Entierro y Ntra. Sra. de la Amargura.
Al igual que la imagen de Ntro. Padre Jesús, Cristo Yacente reside en la Ermita de Jesús Nazareno. No en vano pertenece a la misma hermandad. Sin embargo, esta imagen no es trasladada previamente como ocurre con el nazareno en la madrugá, sino que procesiona directamente desde dicha ermita. Así, en un primer momento las primeras miradas de este Sábado Santo se dirigieron a esa ermita para oír en un primer momento el inconfundible sonido de la madera dispuesta para salvar los escalones, y para ver, a continuación, asomar el Santo Entierro. La urna con Cristo Yacente reposa sobre el paso antiguo de Ntro. Padre Jesús, de porte sosegado y con caídas de terciopelo negro. Al son del Himno Nacional este hace presencia en la calle Barrionuevo.
Sábado Santo de recogimiento
Una vez el Cristo presente lleva a cabo su salida la Virgen de la Amargura, quien también procesionara en la Madrugá. Un nuevo himno para ella y una ayuda costalera del paso de Cristo para levantarla y ponerle las patas. Se inicia así un nuevo Sábado Santo cargado de recogimiento, como manda la iconografía y como merece el día. Recogimiento y humildad, dos de las señas de este Sábado Santo.
Bajando por la calle Jesús y revirando a continuación a la izquierda, la comitiva busca la Plaza de Manzanares a través de la siempre mística calle de las Angustias. Avanza firme el paso de la dolorosa de rostro angelical mientras suena Candelaria. La tarde se resiste a morir, aunque este sea su fin irremediable. Y jugando con el tiempo el cortejo se adentra por Triana buscando más sosiego aún en su bello recorrido.
Subida al Campillo
A la altura de Juan de Castellanos se agolpa el primer ingente de personas reseñable en esta tarde. La procesión salió a las seis de la tarde y es ahora cuando se produce uno de los primeros golpes musicales de calado de este Sábado Santo con la interpretación de la marcha Pasa la Virgen de la Candelaria. Obra de Cristóbal López Farfán que evoca a los años veinte del pasado siglo, con aires de zarzuela en su inicio, preparando un tema principal pasional y desgarrador y con un trío lírico muy evocador. Cualidades todas ellas muy acordes a este palio alanisense que avanzaba con el horizonte en el barrio del Campillo.
Hasta allí se dirigió con otro tema con solera como es Salve Madre de la Salud para recorrer las calles Córdoba y Huelva y regresar a continuación en la búsqueda del centro de la localidad. Con la luz del día aún muy presente el Cristo ofrecía una estampa divina cargada de melancolía, mientras que la Virgen reflejaba los rayos del sol en un rostro que evocaba ese sufrimiento intenso que la pérdida de un hijo ocasiona, pero a la vez una belleza de mujer que aprisiona.
Música con historia
Como era de esperar uno de los momentos más intensos en este Sábado Santo tuvo lugar una vez más en la Plaza de la Salud. Punto clave en todas y cada una de las hermandades que procesionan durante estos días, dicha plaza sirvió para comprobar la elegancia de un paso sobrio pero delicado a la vez, y también la de un palio del que poco más se podía decir, porque con su sola presencia ya lo decía todo. De fondo una obra maestra, Margot. Una adaptación de la ópera de Joaquín Turina, que cuenta una historia de amor entre un sevillano y una francesa con la Semana Santa de fondo. Una historia de amor la que evoca también la Banda de Música de Alanís con su pueblo y que se ve recompensada con un mar de aplausos mientras la corporación se dirige a Pedro Alonso para buscar Corredera en su último tramo procesional.
Y como si de una continuación se tratase Procesión de Semana Santa en Sevilla continúa con la bella historia de este Sábado Santo en Alanís mientras la tarde se desangra. El cielo adquiere tintes ocres cuando antes lo que había era un intenso azul celeste. Sin embargo, es el fin esperado, del que no se puede huir. La tarde se vuelve fúnebre y la música también. La llegada a la Plaza del Ayuntamiento se produce con Solea dame la mano, otra fascinante historia hecha música que termina por embriagar el misticismo de ese Santo Entierro atravesando la plaza seguido de su madre, la Virgen de la Amargura, que ve como dentro de poco Cristo Yacente se volverá hacia ella en la calle de Jesús.
A partir de ese momento el primer paso del cortejo emprende la marcha hacia su ermita mientras ella queda impasible mirándole. Valle de Sevilla precede a la despedida final, no podía ser de otra manera, con Amarguras flotando en el ambiente. El amor costalero desciende de nuevo para bajar el paso al suelo y con delicado vaivén introducirlo de nuevo en la parroquia, finalizando así un nuevo Sábado Santo lleno de pasión, pero, sobre todo, de humildad, santo y seña de la Semana Santa de Alanís.